SONETO A MI DUEÑA -UN POCO EN CHANZA-
PARA QUE DE REZONGAR DESCANSE
LOS SÁBADOS A LA MAÑANA.
(sobre todo ahora que empieza el buen tiempo)
Soy converso a tu boca, a tu retina,
a todo lo cercano a tu universo,
a tu lado frontal y a tu reverso,
a tu luz, a tu noche, a tu neblina.
Ya te toques con velo o con pashmina,
bien calces alpargata o cuero terso,
yo siempre preparado tendré un verso,
será de tu beldad burda bocina.
Más llegando puntual el día sexto
no me retengas, Corazón, en cama,
pues sabes que he de andar en bicicletas*.
No hay engaño, soy fiel, no es un pretexto.
Se abre el cielo y el bosque me reclama.
Pesa más el ciclismo que dos tetas.
Que de las dos formas se puede y debe decir, en singular o en plural.
Tengo que preguntarlo o reviento. Y después de lo dicho,(y como se dice) ¿no le ha volado por la cara una sonrisa explosiva?
ResponderEliminarFue más partidaria de los cuartetos que de los tercetos, para qué te voy a engañar. Me cuenta que se le iba inflando el ego cual globo sonda así que fue leyendo el octavo verso. Mas la conclusión le pareció aguafriera, y a pesar de la ironía y de la chanza se le quedó una mueca entre alabanza, sonrisa y represalia.
ResponderEliminarLos sinsabores del oficio...