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La mejor postura antiálgica

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lunes, 10 de mayo de 2010

PARECE UNA TONTERIA

Hace días que he terminado la recopilación de cuentos de Carver SHORT CUTS, editado por Anagrama y prologado por el propio Robert Altman. No están todas las historias de la película, pero sí la que se grabó a fuego lento en mi memoria. La historia del pobre pastelero que ignoraba la tragedia que se escondía tras la tarta abandonada. Se titula PARECE UNA TONTERÍA.
"...en momentos como éste, comer parece una tontería, pero sienta bien,"
La historia me sobrecogió en la pantalla y me ha sobrecogido en la página.
Una prueba de que fue el epicentro para mi es que de entre todos los actores que pueblan la película es la imagen de Bruce Davison la que siempre ha vuelto como resumen de lo que me dio el film.
Y lo he visto en más trabajos a este estupendo secundario, aunque siempre su papel de padre en PARECE UNA TONTERIA resumirá para mi su carrera como actor. Ni la madre, ni el niño atropellado y agonizante, ni los médicos por supuesto. Bruce Davison.
"...en momentos como éste, comer parece una tontería, pero sienta bien."
Y comieron bollos de canela con la capa de azúcar aún sin endurecer, recién salidos del horno.
Me acuerdo de cuando acompañé a mi padre al velatorio de su tío Vicente. Me acuerdo de la estupenda mesa llena de embutidos y botellas de vino que presidía la cocina, mientras en alguna habitación cantaban su dolor las plañideras. La familia más serena se encargaba de las tortillas de patata y de freir el lomo para que el dolor no hiciera más estragos de los ya infligidos. Yo era un niño, y la verdad es que no entiendo cómo mi padre decidió llevarme a tal fiesta de duelos y quebrantos. Recuerdo que comí mi taquito de tortilla, y de que ésta bajaba por mi seco gaznatito haciéndose un literal nudo en la garganta. Le daría un sorbito a la mirinda, pero los ayes y las frases de dolor a pleno grito hacían del bocado un duro trago.
Otras veces he vivido estos momentos inevitables de pesar y dolor, y he vuelto a ser testigo de estos abnegados auxiliares del duelo que piensan  que en momentos como esos, comer parece una tontería, pero sienta bien.

2 comentarios:

  1. Ese relato es mi preferido de Carver, y eso que no puedo (re)leerlo sin escalofrío... y es curioso, estos días he tenido el velatorio de mi abuela (tanatorio, funeral y entierro hoy mismo) y en mi caso se me ha quitado el apetito totalmente, y eso que es díficil....

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  2. Creo, Desconvencida, que era Ciorán el que me dijo en Breviario de Podredumbre, que la enfermedad y la muerte de los otros nos sumen en una lucidez insoportable acerca del sentido de la vida, negándole todo sentido, claro. Y que ese estado hay que degustarlo a fondo porque es la cruda verdad, y se troca, afortunadamente, tras el duelo y la cura, en la vuelta a la noria diaria que es nuestra agenda. Siento lo de tu abuela.

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