Escucho en la radio las cifras de muertos en Ciudad Juarez durante este año de 2010. Estos es, desde el 1 de enero hasta este día de marzo. 500. Quinientas personas muertas.
El cómputo durante el pasado año de 2009 ascendió a. 2600. Dos mil seiscientas personas muertas. Sólo en Ciudad Juarez. A la que Roberto puso el heterónimo de Santa Teresa. Y que estuvo a punto de denominar con el más sedicente Villaviciosa. ¿Quizás hicieron un redondeo hasta cerrarlo en 2600? ¿Pero serían en realidad dos mil seiscientos sesenta y seis los muertos? Qué macabra casualidad permite que 2600 y 2666 se acerquen hasta casi tocarse. Qué lección de realidad recibimos en la primera novela del siglo veintiuno, donde en "La parte de los crimenes" se despliega insaciable y aterradoramente ad nauseam este trepidante catálogo de muerte en el norte de México.
Todo comienza tan metaliterario, tan absorbente con las pesquisas y los polígonos amorosos entre Pelletier, Morini, Espinoza y Norton. Para luego acabar una mañana de invierno encendiendo la radio y oyendo que 2600 personas han muerto durante el 2009 en la ciudad de Santa Teresa. Muy cerca, muy cerca de Ciudad Juarez.
Oh, Roberto, por qué nos has abandonado?!
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