jueves, 3 de febrero de 2011
Jocelyn POOK
Esta fiesta de disfraces, o Masked Ball, me pone la piel de gallina cada vez que la oigo. Me atrae y aterroriza a la vez. Sería incapaz de ponerla a todo volumen en casa, a oscuras, a solas, mientras en la pantalla se despliegan las escenas en silencio de El Exorcista. Sería víctima de un implosión emocional que me reduciría a ectoplasma vacío.
La música está compuesta por la voz de una misa de rito ortodoxo reproducida al revés, a la vez que se oye el responso de una segunda voz en lengua rumana.
Lo dicho, como escarpias, pero a la vez de una belleza endiabladamente inevitable.
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He aguantado 24 segundos. Esto no se le hace a un amigo, hombre.
ResponderEliminarEstoy con Edu. Y si.... seria capaz en casa a oscura oir "Treasure of innocence" de Tangerine dream o simplemente Marooned de Pink Floyd "Shine On You Crazy Diamond" o un David Gilmour con su "Wish You Were Here".
ResponderEliminarUnas velitas...paredes que treman y se arrodillan a semejantes notas paradesiacas....y si tienes un "Pastore abruzzese" a tu lado mucho mejor....te entienden de meravilla.
Todo esto no viene a cuento...pero en este momento estoy con ellos.