Acabamos de llegar de ver UN TRANVIA LLAMADO DESEO.
I-m-p-r-e-s-i-o-n-a-n-t-e.
Tras nadar entre lo clásicos del Hollywood con LOS DOMINIOS DEL LOBO, voy esta tarde y me zambullo en Tenesse Williams. De cabeza. Diving to the deepest.
Todo bien. La dirección de actores de Mario Gas. El decorado... Pero. He de hacer un alto para postrarme ante la interpretación de esta actriz. Vicky Peña. No ha sido posible evitar comparar cada actuación en escena con sus actores correspondientes de la película de Kazan. Salvo la de Vicky Peña. A los diez minutos me olvidé completamente de Vivian Leigh porque esta mujer es en sí misma su propia referencia. Creciendo y creciendo hasta la necesaria sobreactuación de las últimas escenas que la llevan al sanatorio psiquiátrico. Durante la primera parte la vi desde delantera de palco, pero en el descanso me dejé caer a un asiento vacío en la cuarta de butaca de patio y entonces fue el apogeo del tranvía.
Roberto Álamo me ganó con su Urtain (me senté a un lado del cuadrilátero que se montó en el propio escenario) y vi desde primera fila cómo se ganó a pulso el Max del año pasado. Pero aquí no lo he visto. La sombra de Marlon Brando es demasiado larga, y también hay que decirlo, no era tarea fácil. No sólo era cuestión de enseñar el torso de boxeador. Ni siquiera se ha puesto la camiseta blanca de tirantes.
Alex Casanova sin embargo ha moldeado sabiamente los mimbres que le pasó Karl Malden y ha recreado un estupendo y creíble Mitch.
En cuanto a la historia, no recordaba que Stanley violara a Blanche la noche que Stella pasa en el hopital. Tendría que volverla a ver para recordar cuál es el motivo puntual que hace que Blanche acabe de desbarrar. Es posible que el giro argumental que he visto en escena no fuera apto para las pantallas del Hollywood de los años 50.
Punto negativo: el Teatro Arriaga que cobra delantera de palco al precio de Butaca de Patio para asientos en los que tienes que contorsionarte para ver el escenario en su totalidad. Es lo único. Porque por lo demás hemos salido encantados con esta actriz maravillosa.
¿Ariadna Gil? Sin más. Correcta. Je, je. Es que nunca ha sido de mi devoción,
viernes, 29 de abril de 2011
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