Si alguna vez vuelvo a cumplir cuarenta años sería partidario de que Iciar me ocultara los preparativos de una fiesta sorpresa donde aglutinara la flor y nata de mis conocidos y amigos. Las filtraciones serían un riesgo permanente, porque llevar ese negociado durante al menos dos meses, mail arriba sms abajo, y teniedo que varear tanto ganado y que no se tenga que mugir ni que piafar, no sería tarea fácil. Sería una muy buena idea que los invitados trajeran postres a cuál más sabroso, donde el mascarpone del tiramisú riñera por los laureles con el flan de café y la tarta de queso. Y la música...Oooohhh! Sé que la música la seleccionaría al detalle para que el grupo comulgase con un sentimiento de pertenencia y origen en el pasado más vibrante y cool. Donde Bowie y el My Sharonna de The Knack hicieran los honores al resto de hits de los ochenta y noventa.
Les regalaría el oído con algo que no esperaran, como el Centerfold de la J. Geils Band. Y llegaríamos a ese momento donde ya la inercia nos arrojaría por igual a las curly melenas de boney M que a los pechos virginales de Madonna. Sé que la fiesta sería en mi honor, pero si al final se quedaran a mi lado dos o tres elegidos, y uno de ellos triscara y brincara enajenado de manera insólita con una camiseta de dos guitarras cruzadas y una especie de guante oscuro en la mano diestra, entonces, digo, es cuando daría la fiesta por bien traída.
Gracias Miguel y Maite
domingo, 16 de octubre de 2011
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Un placer leer tu crítica sobre el concierto de PM. Muchas gracias por la mención. Un honor aparecer en el Blog. Este sábado me escapo al Azkena a escuchar a los sobrinos de un buen amigo . El grupo es Manett y son teloneros de Fakeband. La perfecta escusa para tomar un cerveza con los amigos. Estoy encantado de engancharme a tu pequeño espacio.Mikel
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