Por fin hemos vacunado a Iciar contra el prurito que le reconcomía por visitar Barcelona. Quiero decir que ella misma se ha curado, porque organizó todo
on her own magistralmente, todo hay que decirlo, mientras que nosotros nos dejábamos llevar cual acémilas boquiabiertas para sorprendernos una y otra vez ante tal variedad, enormidad y riqueza de ciudad. Predominó el modernismo. Consentimos en sacrificar cantidad en aras de dedicar más tiempo a lo que queríamos ver. Yo bebí en Canaletas así que habré de tornar.
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Contrapicado en Milá
Fascinante pasadizo del Mamut, a la vera de un restaurante oriotarra.
Dead or alive?
Slow & powerful
Never End Story
La mejor reciclada Rosa de los Vientos
Very Güell