Qué pena habérmela perdido en pantalla grande. Valor de Ley
(True grit) es de las que se deberían paladear girando el cuello de izquierda a
derecha, barriendo el plano como en los partidos de tenis (me gustan las
primeras filas de la sala).
Soberbio Jeff Bridges, ya actor fetiche de los Coen; y Oh
sorpresa!!!! Magnífico Matt Damon, que borda al estirado, aunque al final
eficiente, ranger Labouef.
En cuanto a Mattie Ross, no he podido evitar compararla con
Jim Hawkins. Estoy volviendo a releer durante este inicio de verano, a cortas acometidas (se ha convertido en mi “lecture du toilette”, aunque me esté
mal decirlo) La isla del Tesoro.
Hubo un tiempo en que siempre por las vacaciones, en agosto,
revisitaba a Stevenson. Luego me ocurrió lo mismo con el Siddharta de Hesse. Y
hace dos o tres semanas, recuperé el viejo volumen de Círculo de Lectores que
me regaló mi tía Felicia, donde en la segunda cubierta lo tengo firmado con
infantil mano, y datado en el año de 1974. Lo guardo en La Rioja, así que sólo lo
retomo los fines de semana que me dejo caer por allí. Y como ya he dicho, está
donde está, y así lo voy a releer este estío.
Pues decía que no puedo evitar unir a Mattie y a Jim. Ambos adolescentes
y entrando en amistad con brabucones y muy vividos piratas o forajidos con
cientos de vilezas a sus espaldas. Los dos con la muerte de sus padres como
motor de arranque de sus aventuras. Jim y Rossie, como Tom Sawyer, eternizando
sus proezas debido al pasaporte de su juventud y arrojo.
Si bien Rossie movida por una demasiado madura, para su edad,
sed de venganza; mientras que Jim se doblega simplemente antes los aires de
aventura que le propicia el Doctor Livesey.
Poco a poco voy viendo cómo sin embargo, la muerte de su padre, y la venganza que buscaba, se van difuminando en "Hermanita" para que lo único que acabe interesándole a esta niña sea la vida a la intemperie en busca de aventuras, y lo mismo le da con uno que con el otro de sus padres adoptivos, Cogburn o Laboeuf,
Poco a poco voy viendo cómo sin embargo, la muerte de su padre, y la venganza que buscaba, se van difuminando en "Hermanita" para que lo único que acabe interesándole a esta niña sea la vida a la intemperie en busca de aventuras, y lo mismo le da con uno que con el otro de sus padres adoptivos, Cogburn o Laboeuf,
Y cómo no comparar, por tanto, a Rooster Cogburn con John
Long silver, como tutores y catalizadores de los dos jóvenes héroes. De hecho,
bien luce Jeff Bridges un parche en el ojo digno del mejor bucanero. Bridges
está soberbio, como ya he dicho, y no puede encarar mejor a un tipo más
desagradable, borrachuzo, bravucón y arrojado que a este alguacil caza recompensas.
Eastwood resucitó el western con su magistral Unforgiven, pero los Coen han conseguido que no se pierda el eco. En absoluto.
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