.
La mano suavemente voy bajando
del lóbulo a tu cuello en fiel caricia,
y no detengo el gesto, pues me envicia
llegar hasta tus senos ¡Ay! colgando.
Ya me voy por tu torso deleitando,
me llaman más al sur otras delicias,
que ya siento y aspiro con codicia
el dulce aroma bajo el vientre blando.
Allí, terca a la vista, se va abriendo
la flor que, con dos pétalos mojados
por la escarcha y el fuego del deseo,
me incita a cometer dos mil pecados
no saliendo jamás del gineceo
si no es para -¿dire?- salir corriendo.
.
La mano suavemente voy bajando
del lóbulo a tu cuello en fiel caricia,
y no detengo el gesto, pues me envicia
llegar hasta tus senos ¡Ay! colgando.
Ya me voy por tu torso deleitando,
me llaman más al sur otras delicias,
que ya siento y aspiro con codicia
el dulce aroma bajo el vientre blando.
Allí, terca a la vista, se va abriendo
la flor que, con dos pétalos mojados
por la escarcha y el fuego del deseo,
me incita a cometer dos mil pecados
no saliendo jamás del gineceo
si no es para -¿dire?- salir corriendo.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario