Cuando ya hay algo casi perfecto, se convierte en invitación para cerrar su círculo. Y Cornell se quita la camisa de franela a cuadros y ahonda Billy Jean hasta el tuétano. Más íntima, sin animar al salto borrachuzo que a todos nos invade cuando oímos el intro de Michael en los pubes y tugurios donde ahogamos las miserias. Casi umpluged, la voz de motor gripado de este grungero de Seattle desanimará cualquier intentona de mejorar el tema.
http://www.youtube.com/watch?v=epXN1eUkFGU
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miércoles, 31 de marzo de 2010
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