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La mejor postura antiálgica

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domingo, 22 de enero de 2012

Donde tira la cabra



De nuevo me echo al monte. Esta vez me calzo las botas para bregar contra el barro de esta mañana de enero. Ha llovido el viernes, el sábado y durante la mitad de la travesía de este domingo adusto.
Maurizio me inscribió en la “I Martxa de Montaña Bilbao-Bilbao” que ha partido del parque de Ollargan. Veintiún kilómetros que han coincidido con mucho del circuito en mountain-bike que preparamos para los giputxis a finales del año pasado. Muy incómodo. No hacía frío pero llovía, así que la sudada en el interior competía con la empapada exterior. La rodilla izquierda me recordaba a cada tranco que era un valiente. Demasiado valiente. Y la hernia discal no ha perdido ocasión para decirme con cariño que la rodilla era una blanda y que me tenía miedo, porque lo que en realidad soy es un auténtico gilipollas.
Total, que toda la tarde con cóctel de ibuprofeno+arginina y con mucho tiento para que la postura no enrabiete más de la cuenta a la almohadilla rebelde en mi L-4 L-5.

Bueno, pareciera que todo ha ido mal, pero no ha sido así. Ha sido una mañana al aire libre a pesar de los elementos, poniéndome a prueba la máquina, y siéndole un poquito infiel a Scott colgada inerte en el Taller y haciéndose psicóticas preguntas de bicicleta.

Voy lento en el blog. Lo sé. Estoy leyendo mucho, y en inglés, o sea muy lentamente. Tengo trabajos que entregar y los exámenes de febrero me tienen en vilo porque el tiempo que me queda para estudiar es mínimo. Intento ver mucho video que me inyecte ese listening que no me entra. Pero, ante todo, veo mucho cine. En inglés y en lo que también viene siendo no inglés. Cine bueno con el que al fin estoy disfrutando tras una racha en barbecho en la que o no acertaba o es que el nivel se estaba aplomando más de la cuenta.

He visto:
Margin Call
El Topo
Más allá de la vida
Una historia de Violencia
Protocolo fantasma
Midnight in Paris
Un dios salvaje
Drive.

Buenas cintas en corto período de tiempo que me tienen en buena sintonía con la pantalla. Algunas de ellas, como ya viene siendo habitual de un tiempo a esta parte, en las salas de los Multicines de Jose Maria Escuza, el lunes-día-del-espectador, y a las 10 de la noche, lo que me ha convertido, en varias ocasiones, en el único y a veces acojonado espectador.
Aprovecho para recomendar encarecidamente la última película, DRIVE. Un golpe de cine clásico donde la imagen está por encima del diálogo, que me ha mantenido al borde del asiento con la garganta seca y los músculos en tensión. He descubierto a Ryan Gosling, cargadas las espaldas con un pasado misterioso a lo Ethan en “The Searchers”. He reconocido, aunque no sin esfuerzo, a la escandalosamente curvada Christina Hendricks, fuera de sus vestiditos vintage de MAD MEN; y aunque en un papel secundario, ahí estaba mi globo de oro y mi oscar particular para Brian Craston, el rostro de la mejor serie de estos últimos años.
Lo cual, me pone a huevo eso de sacar a la luz las listas de fin de año. Más que listas me voy a contentar con subrayar de nuevo que el mejor film del año pasado, con diferencia, para este servidor ha sido El Árbol de la Vida.

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