Funny & skully wink to Mónica.
Cuando pusieron el dinero sobre la mesa, un infinito desconsuelo se aplomó sobre sus hombros. Apenas iba a llegar para reemplazar ni una de las guitarras. Apenas para un saxo o para un Marshall. En el incendio se perdió todo: las partituras, los bancos, los parches, los ecualizadores, el chaston, el ukelele, la trompa, la chupa de cuero con el escorpión en la espalda de Scott, un Monopoly de los Simpsons, las adidas de ensayar de Matt, el micro Sennheiser, dos banjos Stagg, el Hammond y el Yamaha, la gorra de la suerte, la nevera con las Carlings heladas, cuatro latas de tónica y una botella de Seagrams, y la baqueta firmada por Cozy Powell con la que perdió la virginidad la novia de Andrew. En fin, el fuego se comió los sueños de la banda, y sólo quedaban cuatrocientos veintidós dólares canadienses sobre la mesa, apenas para una pasable Telecaster semi-acústica. El local sin asegurar les dejó en un desasoiego inicial que fue tornándose con los días en un decaimiento sostenido. Las actuaciones de las próximas semanas, el calendario con círculos rojos en torno a sábados y domingos de febrero, marzo y abril, las entrevistas en las radios, el sudor bajo los focos de colores, los temas recién compuestos, la colaboración con Sarah Blackwood...todo humo y ceniza.
Pero de repente se abrió la puerta y se recortó al trasluz la breve figura de la joven contable del grupo. Menuda y bella a un tiempo, con un aire racial a lo Salma Hayeck, se abrió espacio hasta llegar al núcleo de la derrubada banda. Se llamaba Amarthin, y ya iban siendo dos los años que llevaba los libros de cuentas de Walk off the Earth. Con un brío y denuedo impropio de su aparente poquedad les sacudió el desencanto y les dijo que había traído a la Blackwood, que ya subía las escaleras guitarra en mano, una Gibson Epiphone. Que se le había ocurrido un numerito (la contable aniñada se estaba convirtiendo en avezada manager?) que merecía la pena, y que no saldrían de aquella habitación hasta que no se reunieran todos alrededor de la Gibson (en líder?) y pulieran la versión de Gotye, aquella tan bonita de Somebody... Al mes grabaron este video.
Me ha encantado el guiño, la música deliciosa, la orgia con la guitarra, una pasada…y además, me consta que nuestra Salma Hayek particular se ha sentido inmensa, de un modo impropio a su aparente poquedad, cuando ha leído tu entrada.
ResponderEliminarEncantado de encontrarte Fructus un abrazo, estoy repasndo tu blog, es muy interesante
ResponderEliminarRoberto
Querida Katxi, déjame apocoparte, y déjame también recibirte en mi huerto como te mereces. Ya ves que las charlas con copa de Villarica en mano, acerca de grupos de Jazz, contables y demás parentescos, pueden desembocar en extraños patchworks adosados a convenientes bandas sonoras. Lo que se inició con Eduardo Galeano, quién sabe cómo acabará... Me gustará tenerte por aquí, beauty.
ResponderEliminarRoberto. No te pregunto cómo has llegado a parar aquí. Es obvio. Y un placer darte la bienvenida a éste mi locus amenus. No te pido que dejes las armas en la puerta pues se las ve bien educadas e incruentas. Me halagas nada más entrar. Coge una manzana cualquiera, y si te gusta, repite. Un placer recuperar viejos amigos. No tan necio, apuesto. ;-)
ResponderEliminarHubo una época en que me compraba algunos libros a pares, había una razón importante y me encantaba hacerlo. Si puedes aguantar, no te compres ningún libro que salga a la venta el uno de febrero. Un beso.
ResponderEliminarContrabando del duro:letra impresa. Lidiaremos con la tentación y me mantendré a raya sin entrar en las librerías. Otro.
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