46
46 se va aproximando a lo que puede ir siendo una buena edad para morir. Kafka lo hizo a los 41, y ya ni te cuento lo de Byron o Larra. Creo que lo que iba queriendo hacer, it´s done. Que deje buen o mal poso en el vaso, ya lo mismo da. Como dijo Juanra: "Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando". A propósito, qué justicia le hicieron con la venida del € al bueno del de Moguer, que pusieron puertas y puentes en los nuevos billetes donde antes habían imprimido un haiku del vate. Creo que era en los de 2000 ptas. y que rezaba algo así como " No toques más a la rosa, déjala en su sinrazón"
Ya sé que en puridad no era un haiku. Y cómo no voy a saberlo, si lo bebí todo de uno de los juanramonistas más excelsos que parir se pueda: Don Emilio Ríos, del que el otro día me dio Mariano Cebrián aciaga noticia tomándonos un café. Que se murió, me dijo, y se me gripó el motor congelándoseme el gesto durante al menos 5 segundos. Y me tuve que valer y ocultar que me había afectado tanto como en verdad lo había hecho, porque sé que para el bueno de Mariano, Emilio era poco menos que un trasnochado y pintoresco profesor del que no se podía haber sacado nada en claro en aquellos nuestros días de instituto.
Pero a mí se me gripo el motor y se me congeló el gesto por unos segundos.
Recuerdo a Emilio Ríos apostatando casi de toda novela, y más aún de aquellas que se apellidaban como él. Cuando le esbocé un día mi plan de lectura donde estaban " A la Recherche...Larva...y el Ulysses" me hizo saber que todo eso le parecía una soberana pérdida de tiempo. Para él, todo ese carbono diseminado en páginas y más páginas, se aprovechaba mucho mejor cuando aparecía en las concentraciones diamantinas de cualquier poemilla de una "antolojia".
No puedo ni quiero ahora, pues, sino dejar constancia de lo que fue una estrofita acróstica que le regalé con motivo de su jubilación como profesor de enseñanzas medias (aunque él llegara a doctorarse, obviamente con una tesis acerca de J.R.J.). Lo busco por entre los retazos de mis poemas juveniles y no lo encuentro. Uso la memoria, mas sólo acuden los primeros versos, una espcie de yacimiento
mnemotécnico-arqueologico, los justos para formar casi su nombre con las iniciales de cada verso (esto va para los que no os acordéis de lo que significa "acróstico")
Experto autopsiador de todo vate
Merodeador tenaz del subjuntivo
Instigador al verso y al debate
Lector del Juan Ramón más decisivo
I....
Orquestador del sol en las pizarras
.....
Vaya este post en su memoria si es que se ha ido, o sea una loa de homenaje vitalista si es que acaso sigue escrutando con ojos de sátiro Aqualung a las muchachas.
Por aquí, seguiremos dando guerra hasta que la pila reviente. Porque aún estamos vivos. Still Alive. Alive. Como canta aquí el maravilloso Eddie Vedder liderando a su Pearl Jam. Daría un dedo por poder cantar con una voz como la de mi hermano; y adaría hasta dos si la voz me fuera como la de Vedder.
Bueno, quizás fueran los los meñiques.
"Son," she said, "Have I got a little story for you
What you thought was your Daddy was nothin' but a
While you were sittin' home alone at age thirteen
Your real Daddy was dyin', sorry you didn't see him but I'm glad we talked"
Oh I, oh, I'm still alive
Hey, I, oh, I'm still alive
Hey I, oh, I'm still alive
Hey, oh
Oh, she walks slowly, across a young man's room
She said, "I'm ready for you"
"I can't remember anything to this very day 'cept the look, the look
Oh, you know where, now I can't see, I just stare"
I'm still alive
Hey I, but, I'm still alive
Hey I, boy, I'm still alive
Hey I, I, I'm still alive, yeah
Ooh yeah, yeah, yeah, yeah, ooh
"Is something wrong?", she said
Well of course there is, "you're still alive," she said
Oh, and do I deserve to be?
Is that the question? And if so, if so, who answers, who answers?
I, oh, I'm still alive
Hey I, oh, I'm still alive
Hey I, oh I'm still alive
Hey I, oh I'm still alive
Hey, hey, hey, hey, hey, hey
La letra es un poco bizarra, y desde luego no liga en absoluto con la salsa juanramoniana que he cocinado, pero sí con la exultante vitalidad que me inyecta cuando me la pongo a mil decibelios en el coche los viernes por la tarde de vuelta a casa, con el horizonte del fin de semana abriéndoseme de piernas.
La letra parece más desarrollar el tema de Edipo que otra cosa.
Pero es el estribillo lo que me hace levitar los viernes cuando empiezo a bajarle las bragas al virginal fin de semana.
Muchísima salud, amigos.