Dejen paso al Rey, abran paso el Duque Blanco, el Prince y el Boss. Entra en Ekoizle por vez primera un renacido Elvis que me sirve para lanzar un cable a mi Dama, a quien estoy teniendo a más de cien kilómetros durante todo este mes que ahora acaba. Un fuego de artificio a sus ojos, una bandera irisada o blanca o una Rolly Roger... 45 añitos como los discos de las mismas revoluciones, como el ecuador que parece que pase por ese meridiano. Tan fresca tú, tan firme. Tan lejos estos días; tan cerca en breve. Aquí va un adelanto de mis caderas. A ritmo endemoniado, sexual, engominado, forrado en cuero y con esas patillas imposibles. Voy raudo por el camino de baldosas amarillas a lamerte la gamuza azul de tus chapines.