El señor Fucur campa por la mía como Pedro por su casa. Aunque ayer optara por el modo testaferro al enviar
a su señor padre como portador de sus noticias, de sus atenciones y de sus
encargos.
Me envía mi hijo, me dijo, pero no sé si he acertado con la dirección,
¿es esta la casa del señor Amalfitano Espinoza? Le traigo este paquete que me
ha encomendado hacerle entrega, y este portapliegos que debe contener una carta
manuscrita, como a la antigua usanza.
Es que Toso es un poco fósil en determinados usos, si me
permite que sea así de coloquial refiriéndome a su hijo.
Oh sí, sí, señor Amalfitano, no se contenga, haga el favor,
que estoy al tanto del trato que se tienen entre ustedes dos. Toso, habla mucho
de usted, y hasta diría que lo tiene en alta estima.
Muy halagado. Es recíproco, y él ya lo sabe, señor… no
conozco su nombre, caballero, me haría el favor…?
Toso también. Comparto patronímico con mi vástago por
voluntad de mi difunta y nunca suficientemente recordada esposa.
Pero no se quede en el recibidor, cielo santo.
Bueno, será cosa de poco tiempo, se lo aseguro. Pero gracias
de todas formas. Tiene usted un habitáculo muy aparente. Y con todos esos
libros. Y ese cuadro azul tan bonito. El paquete viene herméticamente
clausurado por mor de encerrar el aroma indiscreto del presente.
No entiendo.
Es un queso, quiero decir. Toso le envía un queso. Un
ejemplar digno del más exigente pastor que campara por la llanura manchega. Un
queso elaborado en los valles del sudoeste de la provincia de Ciudad Real,
señor Amalfitano. Y en tan alta estima que debe de tenerlo mi hijo señor mío,
porque se trata de un real obsequio que ya me dirá usted cuando lo pruebe si es
que no dejaría en el olvido a todo queso que a día de hoy haya usted probado
señor Amalfitano. Y viene hermético en caja de madera por no ser indiscreto
para nariz ajena.
No entiendo. Estoy ciertamente confundido señor Toso Padre.
Bueno, seguramente lo entenderá si es que lee el mensaje que
guarda este cartapacio en forma de carta.
. . .
Estimado señor
Amalfitano, un enojoso negocio me viene impidiendo ejercer varias de las
labores a las que con mayor placer me aplico, estando entre ellas las de
visitarle a usted en su siempre acogedora morada y departir del bien, del mal,
y principalmente de literatura y música, con lo que siempre salgo de su
casa más edificado y completo que cuando
entré. Y como estaba en mi ánimo hacerle esta sabrosa donación, he requerido el
intermedio de mi señor padre –a quien ya habrá usted conocido- puesto que no
deseaba que se agostase mi deseo de agradarle con el regalo, ni que se añejara
éste más de la cuenta lejos de su paladar. También le adjunto este modesto
sonetito por si a usted le pareciera digno de colgar en su particular parnaso
que usted dio en llamar Ekoizle. Espero que le guste la encomienda y no deje,
por favor, de hacerme llegar cualesquiera sean los asuntos que tenga a bien
querer decirme por los canales que habitualmente usted usa.
Sin más, su ferviente lacayo,
Toso Fucur.
Esto es francamente sonrojante. Su hijo me encarga que le
cuelgue otro soneto en el blog de mi propiedad cuando ya le he dicho cientos de
veces que genere por su cuenta otra bitácora y exponga en ella los escritos que
pergeñe.
Nada sé de todo eso que usted dice, señor Amalfitano.
Y esta vez tiene la desfachatez de traer un soborno
para mitigar el rechazo que a buen
seguro sabía que iba a provocar. Esto no va con usted, señor Toso, pero su hijo
ya ha recibido de este servidor la negativa a seguir siendo un tabloide de
alquiler toda vez que le visite la musa a su hijo. Cuánto mejor sería –usted
estará conmigo- que publicara sus engend… sus producciones en una página propia.
Pero qué hace usted….?
Abrir la caja un poco para que pueda oler la denominación de
origen de esta joya.
Pero me ha escuchado usted? No ve acaso que lo que estoy
intentando decirle es que no me avengo al juego del que usted es también…
Pardiez, pues sí que huele bien.
Ya me lo dijo Toso. Ábrele la jaula que salga el olor y
estaremos más cerca. Permítame que me siente sin embargo, señor Amalfitano que uno
ya va teniendo una edad. Y qué son estos libros de la mesilla, quizás lo que
está leyendo el señor Amalfitano? A ver, aver… El segundo sexo de Simone de Beauvoir,
Bolaño, Toni Judt, Canetti, Robert Fisher…
Beauvoir es de mi mujer, y Fisher de mi hijo, pero señor
Toso, le ruego que no cambie de tema y me atienda usted en todo lo que tengo
que decirle.
Pero vamos, vamos. Si ni siquiera ha leído el poemita. Léalo
primero, que quién sabe si no cambiará usted de opinión .
Como si no supiera uno ya por dónde cojean todos los poemas
de su hijo. Lo conozco como si lo hubiera parido. A ver, traiga usted aquí esa
hoja
.
.
Atardecer de panza carmesí
Que me haces daño si de ti me alejo;
Imprimes a mi alma tu reflejo
De nubes de oro como un Potosí.
Bosque tardío y ya casi oscuro,
Camino anciano amable a mi paso
Por donde alargo hacia el ocaso
Esta sombra que trepa entre los muros
Y de nuevo al infierno del ladrillo
¿dónden están las colinas sinuosas?
¿Dónde la sierpe viva de aquel río?
Me acojo en tu refugio en ti mi ovillo
Amor. Mis pies irán por tus baldosas
Hasta el diciembre ungido por el frío.
Toso Fucur
Toso Fucur
.
No, no y no. No me gusta. Es vulgar y mediocre. Su hijo
señor mío, cuando rima parece que sólo piense en llenar la siguiente sílaba, y
la siguiente, y la siguiente… sin tener una idea de la globalidad…
Pues a mí me gusta.
Déjeme terminar, por favor. Y además abunda de nuevo –aunque
de manera incorrecta, desvaída, en el tópico de la aldea y el ladrillo. No es
moderno. No aporta nada. Qué horror meter ahí un Potosí. Y las preguntas
retóricas al estilo de Jorge Manrique… pero es que Toso no va a evolucionar
nunca?
Yo también veo por algún lado el tiempo y la muerte…
Usted es su padre y nunca verá la mediocridad de este
poemucho. Dígale que no, que no cuente con que cuelgue esto en Ekoizle. Y no
porque EKoizle sea un dechado de literariedad, ni muchísimo menos, sino porque sencillamente
es malo, y para más inri no es mío.
Pero señor, eso ya no puede ser.
El qué?
El no publicarlo en Ekoizle. Usted no se da cuenta de que
todo lo que estamos diciendo ahora mismo se va cargando punto por punto en su
blog.
Pero qué tonterías está diciendo.
Acuda si quiere a su portátil y compruébelo.
…Mecagüen la puta, es verdad!!!! Y por más que intento no
puedo pararlo, ni borrarlo. Mire, acaba de salir el “mecagüen la puta" que acabo de proferir, seguido de
todo esto que estoy diciendo ahora…!!! Pero esto es de locos.
Además, señor Amalfitano, que el poema no es malo. Avéngase
a ello. Y en esto de usar tabloides de acogida no va a ser usted el primero.
¿No sabe que mi hijo me ha montado un blog en el que transcribe como buen
amanuense todos los manuscritos que yo le paso? Se llama el blog www.desdealcudiaabilbao.blogspot.com
Pero que está haciendo alma de dios. Ahora está saliendo la
dirección de su blog en el mío. Esto es un atropello. Primero el poema y ahora
un vínculo. Pero qué se han creído ustedes?
Entonces, se queda el queso el señor Amalfitano?
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