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La mejor postura antiálgica

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domingo, 27 de enero de 2013

BLOG DE ALQUILER








El señor Fucur campa por la mía como Pedro por su casa.  Aunque ayer optara por el modo testaferro al enviar a su señor padre como portador de sus noticias, de sus atenciones y de sus encargos.


Me envía mi hijo, me dijo, pero no sé si he acertado con la dirección, ¿es esta la casa del señor Amalfitano Espinoza? Le traigo este paquete que me ha encomendado hacerle entrega, y este portapliegos que debe contener una carta manuscrita, como a la antigua usanza.
Es que Toso es un poco fósil en determinados usos, si me permite que sea así de coloquial refiriéndome a su hijo.
Oh sí, sí, señor Amalfitano, no se contenga, haga el favor, que estoy al tanto del trato que se tienen entre ustedes dos. Toso, habla mucho de usted, y hasta diría que lo tiene en alta estima.
Muy halagado. Es recíproco, y él ya lo sabe, señor… no conozco su nombre, caballero, me haría el favor…?
Toso también. Comparto patronímico con mi vástago por voluntad de mi difunta y nunca suficientemente recordada esposa.
Pero no se quede en el recibidor, cielo santo.
Bueno, será cosa de poco tiempo, se lo aseguro. Pero gracias de todas formas. Tiene usted un habitáculo muy aparente. Y con todos esos libros. Y ese cuadro azul tan bonito. El paquete viene herméticamente clausurado por mor de encerrar el aroma indiscreto del presente.
No entiendo.
Es un queso, quiero decir. Toso le envía un queso. Un ejemplar digno del más exigente pastor que campara por la llanura manchega. Un queso elaborado en los valles del sudoeste de la provincia de Ciudad Real, señor Amalfitano. Y en tan alta estima que debe de tenerlo mi hijo señor mío, porque se trata de un real obsequio que ya me dirá usted cuando lo pruebe si es que no dejaría en el olvido a todo queso que a día de hoy haya usted probado señor Amalfitano. Y viene hermético en caja de madera por no ser indiscreto para nariz ajena.
No entiendo. Estoy ciertamente confundido señor Toso Padre.
Bueno, seguramente lo entenderá si es que lee el mensaje que guarda este cartapacio en forma de carta.

 .                            .                               .

Estimado señor Amalfitano, un enojoso negocio me viene impidiendo ejercer varias de las labores a las que con mayor placer me aplico, estando entre ellas las de visitarle a usted en su siempre acogedora morada y departir del bien, del mal, y principalmente de literatura y música, con lo que siempre salgo de su casa  más edificado y completo que cuando entré. Y como estaba en mi ánimo hacerle esta sabrosa donación, he requerido el intermedio de mi señor padre –a quien ya habrá usted conocido- puesto que no deseaba que se agostase mi deseo de agradarle con el regalo, ni que se añejara éste más de la cuenta lejos de su paladar. También le adjunto este modesto sonetito por si a usted le pareciera digno de colgar en su particular parnaso que usted dio en llamar Ekoizle. Espero que le guste la encomienda y no deje, por favor, de hacerme llegar cualesquiera sean los asuntos que tenga a bien querer decirme por los canales que habitualmente usted usa.  
 Sin más, su ferviente lacayo, 
Toso Fucur.


Esto es francamente sonrojante. Su hijo me encarga que le cuelgue otro soneto en el blog de mi propiedad cuando ya le he dicho cientos de veces que genere por su cuenta otra bitácora y exponga en ella los escritos que pergeñe.
Nada sé de todo eso que usted dice, señor Amalfitano.
Y esta vez tiene la desfachatez de traer un soborno para  mitigar el rechazo que a buen seguro sabía que iba a provocar. Esto no va con usted, señor Toso, pero su hijo ya ha recibido de este servidor la negativa a seguir siendo un tabloide de alquiler toda vez que le visite la musa a su hijo. Cuánto mejor sería –usted estará conmigo- que publicara sus engend… sus producciones en una página propia. Pero qué hace usted….?
Abrir la caja un poco para que pueda oler la denominación de origen de esta joya.
Pero me ha escuchado usted? No ve acaso que lo que estoy intentando decirle es que no me avengo al juego del que usted es también… Pardiez, pues sí que huele bien.
Ya me lo dijo Toso. Ábrele la jaula que salga el olor y estaremos más cerca. Permítame que me siente sin embargo, señor Amalfitano que uno ya va teniendo una edad. Y qué son estos libros de la mesilla, quizás lo que está leyendo el señor Amalfitano? A ver, aver… El segundo sexo de Simone de Beauvoir, Bolaño, Toni Judt, Canetti, Robert Fisher…
Beauvoir es de mi mujer, y Fisher de mi hijo, pero señor Toso, le ruego que no cambie de tema y me atienda usted en todo lo que tengo que decirle.
Pero vamos, vamos. Si ni siquiera ha leído el poemita. Léalo primero, que quién sabe si no cambiará usted de opinión .
Como si no supiera uno ya por dónde cojean todos los poemas de su hijo. Lo conozco como si lo hubiera parido. A ver, traiga usted aquí esa hoja

.

Atardecer de panza carmesí
Que me haces daño si de ti me alejo;
Imprimes a mi alma tu reflejo
De nubes de oro como un Potosí.
Bosque tardío y ya casi oscuro,
Camino anciano amable a mi paso
Por donde alargo hacia el ocaso
Esta sombra que trepa entre los muros
Y de nuevo al infierno del ladrillo
¿dónden están las colinas sinuosas?
¿Dónde la sierpe viva de aquel río?
Me acojo en tu refugio en ti mi ovillo
Amor. Mis pies irán por tus baldosas
Hasta el diciembre ungido por el frío.
                                   
                                              Toso Fucur

.

No, no y no. No me gusta. Es vulgar y mediocre. Su hijo señor mío, cuando rima parece que sólo piense en llenar la siguiente sílaba, y la siguiente, y la siguiente… sin tener una idea de la globalidad…
Pues a mí me gusta.
Déjeme terminar, por favor. Y además abunda de nuevo –aunque de manera incorrecta, desvaída, en el tópico de la aldea y el ladrillo. No es moderno. No aporta nada. Qué horror meter ahí un Potosí. Y las preguntas retóricas al estilo de Jorge Manrique… pero es que Toso no va a evolucionar nunca?
Yo también veo por algún lado el tiempo y la muerte…
Usted es su padre y nunca verá la mediocridad de este poemucho. Dígale que no, que no cuente con que cuelgue esto en Ekoizle. Y no porque EKoizle sea un dechado de literariedad, ni muchísimo menos, sino porque sencillamente es malo, y para más inri no es mío.
Pero señor, eso ya no puede ser.
El qué?
El no publicarlo en Ekoizle. Usted no se da cuenta de que todo lo que estamos diciendo ahora mismo se va cargando punto por punto en su blog.
Pero qué tonterías está diciendo.
Acuda si quiere a su portátil y compruébelo.
…Mecagüen la puta, es verdad!!!! Y por más que intento no puedo pararlo, ni borrarlo. Mire, acaba de salir el “mecagüen la puta" que acabo de proferir, seguido de todo esto que estoy diciendo ahora…!!! Pero esto es de locos.
Además, señor Amalfitano, que el poema no es malo. Avéngase a ello. Y en esto de usar tabloides de acogida no va a ser usted el primero. ¿No sabe que mi hijo me ha montado un blog en el que transcribe como buen amanuense todos los manuscritos que yo le paso? Se llama el blog www.desdealcudiaabilbao.blogspot.com
Pero que está haciendo alma de dios. Ahora está saliendo la dirección de su blog en el mío. Esto es un atropello. Primero el poema y ahora un vínculo. Pero qué se han creído ustedes?
Entonces, se queda el queso el señor Amalfitano?


martes, 22 de enero de 2013

HERO HERO



Posiblemente uno de los mejores discos de rock. De Rock? De Hard Rock? No, simplemente Metal. Un disco fruto de la casualidad, irrepetible. Ni siquiera ellos, Halford, K.K. o Tipton volvieron a ser objeto de esa proeza que supusieron sus dos primeros discos. Y los hubo buenos. Muy buenos: "Sin After Sin", o "Bristish Steel"; "Stained Class" o "Killing Machine", acabaron por convertiise en "mustlistento" entre la sabia fauna del Speed Metal. Pero no, no eran SWOD.
"Hero Hero" fue un disco doble, que editó su primera casa discográfica "Gull Records" cuyo objeto era el de recopilar varios cortes de los dos primeros discos de Judas Priest: "Rocka Rolla" y "Sad Wings of Destiny". Distintos entre sí, el primero de ellos conformó a la banda fundando un sonido guitarrero y progresivo, mientras que "SWOD" les supuso disponer para siempre de un puesto en el Olympo de la historia del ROCK.
 "Hero Hero", incorpora además la versión de Joan Baez "Diamons and Rust" con la que contaban ya desde el primer "Rocka Rolla".
Mi formato no fue de vinilo, empero, sino de doble cassette. Por aquel entonces yo compraba mucha cinta.  Aquélla, además, tuvo un origen muy bizarro, ya que la compré con el dinero que me proporcionó ser el ganador de un pequeño concurso de cuentos cuando estaba en 2º de BUP. De nuevo la literatura que me aboca al conocimiento y al placer musical. (El Perseguidor de Cortázar , me abrió el Be-Bop de Parker "the Bird")





 Pero no sólo eran Twin Guitars y acordes secos y rotundos, sino que se animaron también a crear esta maravilla simple y tierna como es EPITAPH, donde Tipton acompaña tan sólo con un piano a la proteica voz de Rob Halford.
No podría haberla firmado Queen?
Y no por menos tópica deja de ser bella la letra.






The old man's sitting there, his head bowed down
Every now and then he'll take a look around
And his eyes reflect the memory-pain of years gone by
He can't regain nostalgic dreams he'll never see again

With trembling hands, he wipes a tear
Many fall like rain, there's one for every year
And his life laid out so clearly now, life that's brought death
So nearly now life once he clung to dearly now lets go

But spare a thought as you pass him by
Take a closer look and you'll say
He's our tomorrow, just as much as we are his yesterday

A lonely grave, and soon forgot
Only wind and leaves lament his mournful song
Yet they shout his epitaph out clear
For anyone who's passing near
It names the person lying here as you
And you...and you...and you...


Aunque el tema que me hacia levitar en mis tiempos de espinilla rabiosa era el primero, Victims of Change, donde la voz del sacerdote subía sin esfuerzo a escalas estratosféricas, y donde la conjunción de la banda moldeaba esa arcilla blanda que iba a convertirse con el transcurso de los segundos en la dura y salvaje roca que quedaría para siempre como el modelo de inspiración, ejecución y perfección que es.


miércoles, 16 de enero de 2013

LOS LIBROS (II)

quevedo



DESDE LA TORRE
Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas, que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadoras,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la emprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudios nos mejora.

Francisco de Quevedo (Parnaso español, 1648, núm. 115)

domingo, 13 de enero de 2013

STRANGLEHOLD



¿Se puede ser un auténtico hijo de puta y crear joyas como "Stranglehold", "Wango Tango", "Free for all"?
Tengo esos riffs de guitarra fluyendo libres por mi sangre. Qué tiempos aquellos gloriosos, en los que comprabas el disco, lo oías, te enamorabas de aquellos temazos, e ignorabas si aquel pedazo de dios era un auténtico gilipollas como ha resultado ser este nabo de Ted Nugent.

Mi temor: pondría en mi padred un óleo de Hitler si me burlaran la firma? Qué cojones? Stranglehold siempre será uno de mis cortes favoritos.
Y efectivamente es tan capullo como aparenta mientras masca su chicle.

 

sábado, 12 de enero de 2013

LED ZEPPELIN






El sistema es sabio. Artero.
Absorbe cualquier forma de protesta, de anomalía crítica, y se la incorpora. La somatiza y engulle. La anula. O peor aún: le da la vuelta "inside out" y la convierte en el mejor producto de consumo. En pasto de las masas. En "mainstream" inofensivo.
Afortunadamente, algunos de esos disidentes del adocenamiento musical se saltan el turno de salida y hacen mutis por el foro mientras enhiesten el dedo corazón hacia el auditorio.
Kobain no supo, por ejemplo, asimilar la fama que le iba convirtiendo en un icono de las masas y en marioneta de las discográficas. Su rabia inicial de adolescente disconforme y discordante le tiraban hacia otro punto cardinal.
Winehouse, Hendrix... creyeron también cancerar el sistema dejándole en la puerta un bello y joven cadáver; cuando lo que hicieron en realidad fue servirle en bandeja un motivo para santificarlos a mayor gloria de los bestsellers recopilatorios.
Incluso el bueno de John Bonham, cargada su sangre con el equivalente a cuarenta pelotazos de vodka en plena orgía etílica (una herramienta válida como cualquier otra para escapar de la angustia de sentirse vivo, famoso y vacío) subió a los cielos con la aprobación de las corporaciones que hoy rinden boato y circunstancia a su memoria en el Kennedy Center.

Con todo, he gozado sobremanera viendo a Page, a Paul Jones y a Plant emocionarse hasta las lágrimas mientras bandas como Foo Fighters -con David Grahl a la batería-, Kid Rock o Lenny Kravitz, interpretaban versiones fielísimas de sus temas más famosos, y le agradecían todo lo que nos han dado desde los años 60 hasta ahora.

¿Justo homenaje, o hincada de rodilla
 de los que deberían ser rockeros recalcitrantes?

Pero da tristeza, sí.
Ver cómo cada rasgueo de Page o Paul Jones, cómo cada alarido de Plant, pasan de ser dentelladas desgarradoras a babilots de porcelona que adornarán los anaqueles de la familia Obama.
Resulta abrumadoramente doloroso ver cómo la metáfora del smoking y la pajarita le rinden pleitesía al mundo rebelde del Rock´n Roll.
La crueldad de la imagen es bestial. Se rompe la identificación del rockero de a pie con su ídolo en el escenario. Se sufre una decepción castrante, cruenta, amputadora, cuando el sistema le pone bridas al mustang, le cepilla la crin, y le da palmaditas en el lomo mientras se prepara a ensillarlo.
¿Qué muros van a derribar ya en nuestro nombre, cuando vemos cómo Michel Obama tararea con ilusión las letras que una vez fueron subversivas?
Hasta el video de Foo Fighters "The Pretender" tan cruel y radical, tan anti y tan aquí estoy venid a por mí si queréis, tan de rockero... pierde fuelle cuando David Grohl y Taylor Hawking se suman al homenaje dejándose agasajar por un teatro lleno de titiriteros de los que manejan los hilos gordos del sistema.
Ni homenaje a LZ ni pollas. Ante todo actitud. ACTITUD. Nada de too old to rock´n roll too young to die! Ahí la cagaste, Anderson. A. C. T. I. T. U. D.




¿What if I say that I will never surrender?

Y es que el sistema vampiriza todo espíritu subversivo, y lo transforma en banal entretenimiento social, inoperante. Inofensivo. Ya está listo, exangüe, el archivo MP3 que alimentará las tripas de mi iPod, o que correrá morféico por los canales de las emisoras alienantes. Colguemos la banda tricolor al cuello del viejo roquero, (una vez estuvo insatisfecho, pero ya ha encontrado el karma). Subámoslo al nirvana de las bolsas y los mercados donde todo se vende, y llevémoslo de la correa vejatoria por la larga escalera que lleva al cielo.

domingo, 6 de enero de 2013

MAÑANA DE REYES

















viernes, 4 de enero de 2013

EL FESTIN DE BABETTE







Al principio, Fructus se sintió agasajado. Que su hijo de dieciséis años, Iñigo, quisiera ir al cine con él, compartir una sesión golfa con él (10:15 pm), consentir en ver una película de la que no había oído hablar en absoluto con él…  Todo ello –digo- iba siendo cada vez más inusual, por lo que la sorpresa primera se trocó en alborozo al ver cómo el niño cumplía los horarios previos de vestirse con premura y de cenar con la disposición necesaria como para llegar holgados a la sala.
Luego se percató, y esto no fue menoscabo en absoluto para su sensación de relajo y ufanía, de que unos días antes le había relatado cómo no hacía mucho tiempo, en Madrid (o en Barcelona) había tenido lugar una experiencia extraña llamada “sesión fantasma” , que consistía en que los espectadores compraban una entrada sin saber previamente el título de la cinta que iban a ver. Ahora recordaba que a Iñigo le pareció fantástico, y que así se lo hizo saber durante la conversación, confirmando que él iría sin dudarlo a un evento así si se montara en Bilbao.
Estaba claro pues,  que el hijo de Fructus a falta de sesión fantasma oficial,  se estaba entregando al requerimiento de su padre como si de una de esas convocatorias  se tratara.



El festín de Babette  llevaba en las salas de los Multis desde mediados de noviembre. Se trataba de una proyección fruto del 25 aniversario de la cinta, que en 1987 había dirigido el danés Gabriel Axel  para ganar el óscar a la mejor película extranjera de aquél año, así como una infinidad de premios más en multitud de festivales y certámenes en los años que siguieron.
Con tal motivo, se había efectuado una restauración de la cinta y se devolvía al mercado de la exhibición para el contento de los recalcitrantes cinéfilos. 
En la taquilla se anunciaba como  aviso de  navegantes que la copia que se iba a proyectar era en formato DVD, lo cual les hizo fruncir el ceño a ambos mientras aguardaban en la cola para pagar sus entradas. El niño aventuró que habrían subido el precio de las mismas con los recortes drásticos de aquel principio de año, aunque vieron con atenuado alborozo que no había sido así, y que el único cambio digno de consideración fue que el tamaño de las tickets de papel había aumentado en al menos un triple de su original, lo que para un coleccionista como el impúber muchacho fue causa de matizada alegría.

Fructus recordaba, por aquello de los paralelismos inevitables y recurrentes, cómo la última vez que fueron juntos los dos al cine a esa hora avanzada de la noche, él se quedo –víctima del cansancio que le suponían los inevitables madrugones-  irremediablemente dormido durante al menos cinco o diez minutos, perdiéndose algunas de las escenas centrales de Looper.  El hijo se lo echaba en cara ahora sí y luego también, haciéndose mofa de la edad que tenía, que si era un abuelo y que si tal y que si cual… Así que en esta ocasión, el padre se previno de no volver a las andadas preparándose un buen vaso de café solo, que aderezado con más de las aconsejadas galletas Creme Tropical de Gullón, le mantendrían avizor y en vigilia permanente durante todo el metraje.

En la sala sólo se encontraban un trío cuando llegaron ellos, a los que luego,  pocos segundos antes de que empezara la función, se sumó un solo espectador más. Iñigo le hizo notar a su padre la extraña inclinación de la sala, ya que en lugar de estar aparaninfada, la pantalla se encontraba en un plano superior a las butacas, como si se encontraran permanentemente en un avión en el preciso instante del despegue.


Apagadas las luces, la película se fue desarrollando morosa, suavemente. Fructus iba mirando de hito en hito la cara de su hijo temiendo que aquel paladar más habituado a persecuciones , explosiones, y en cualquier caso a desarrollos más ágiles e irreflexivos en la dirección,  acabaran por dormirlo a él en esta ocasión. Pero no. Las muestras eran de plena atención y de deleite. Por la mitad del metraje, el joven acercó su cabeza a la de Fructus como queriendo transmitirle un comentario: “¿cuál fue” –le musitó-“ el titulo de la película que proyectaron en aquella sesión fantasma que me dijiste el otro día?”
“Holy Motors” fue la respuesta. Y ya casi al final, fue el padre quien acercando su boca al oído del joven le susurró: “creo que ya estás listo para ver una de las películas considerada como de las primeras y mejores de la historia del cine. Se llama La Palabra.” No hubo réplica.

 













Aquella noche Fructus fue objeto de los efectos del Saimaza ingerido y no se fue a la cama hasta bien pasadas las cinco de la madrugada. Le dio tiempo a avanzar considerables páginas en la relectura que estaba haciendo de “La parte de los críticos” el primero de los libros de 2666. Y acudiendo también a su edición de “Cuentos reunidos” de Isak Dinesen  vio que entre los cinco cuentos que se ordenaban bajo el epígrafe de “Anecdotas del destino”, el segundo de ellos era “El festín de Babette”. Y por supuesto no ofreció resistencia alguna, víctima del insomnio como ya se sabía, a adentrarse en la lectura de la  obrita.
Comprobó, rodeado de la oscuridad de la que le protegía el pequeño islote de luz amarilla de su flexo, que la versión cinematográfica había sido extremadamente fiel al texto, y que la voz en off del film estaba en todo momento incrustada en la letra impresa. Y que, aunque pocas, alguna diferencia había entre los dos desarrollos que estaba experimentando aquella noche:

1.- La acción no se enmarcaba en las costas occidentales de la península de Jutlandia, en Dinamarca; sino en el pequeño pueblo pesquero de Verlevaag, en Noruega.

2.-La vistosidad del pueblo descrito en la novelita  “ …pueblecito que parecía de juguete, una construcción de pequeños tacos de madera pintados de gris, amarillo, rosa y muchos otros colores.” difería enormemente del triste y desvaído gris que imperaba en todo el caserío dispuesto en la película. Es más, las dos hermanas, Phillipa y Martine vivían en la casa a la que una y otra vez se describe en el libro como la casa amarilla.

3.- En la cinta no se trasluce el protagonismo revolucionario del pasado de Babette, quien es descrita en la carta que Papin les manda a las dos hermanas como una petroleuse, es decir como una de aquellas mujeres que pegan fuego a las casas con petróleo.

4.- La anciana señora Loewnhielm se traslada con su sobrino el General en un trineo, habida cuenta de la enorme cantidad de nieve con la que se describe el escenario del relato, y no en un carro como se refleja en la película.

5.-A los postres, Babette dispone una fuente con una riquísima variedad de frutas, entre las que se pueden apreciar piñas, mangos, papayas y frutas de la pasión;  mientras que en el cuento sólo se hace referencia a uvas, melocotones e higos frescos.
 
6.-Al finalizar la cena, vemos cómo en la película los invitados salen al aire helado de la noche y se sitúan en torno al pozo de la calle, agarrados de las manos mientras entonan unas canciones, seguramente salmos. La noche estrellada maravillosamente, se cierne sobre ellos, y vemos cómo el efecto del vino y el champagne ha hermanado a la congregación como hasta  ahora nunca habíamos visto. Sin embargo, en el libro: “los invitados de la casa amarilla se fueron a pie y andaban haciendo eses, se caían sentados o sobre las manos y rodillas, y se levantaban cubiertos de nieve, como si se hubiese lavado los pecados y hubieses quedado tan blancos como la lana.”




Los ojos se le iban ya cayendo a Fructus así que los efectos del café se fueron disipando bajo los del reloj. Cerró los libros y dio por bien empleada la noche. El rostro sudoroso y satisfecho de Babette, tras haber despachado aquella excelente cena, se le aparecía neblinoso mientras iba orientándose hacia la cama con las luces apagadas de la casa. Una artista que había usado lo mejor de ella misma para devolver el bien que una vez se le había hecho.

 ISAK DINESEN

Verlevaag enla actualidad