Hace casi un año ya. Fue el 13 de diciembre de 2010. Fui al Euskalduna y presencié en primera fila un espectáculo inolvidable. IMAGINE PROJECT de Herbie Hancock.Ya sólo los músicos que le acompañaron en la gira fueron suficiente para hacerme levitar durante el mes que siguió al propio concierto. Pero detrás... Había mucho más detrás. todo el álbum estuvo grabado por separado, en diferentes lugares, trasladándose Hancock allí donde estaban sus distintos colaboradores para grabar in situ los temas. Algunos de ellos incluso grabados en distintas pistas por varios músicos en distintos lugares. El propio tema de Imagine se zambulle de repente e unos ritmos congoleños, donde las voces y los instrumentos recrean desde el cero una canción que creíamos conocer.
Sobre el escenario no pudieron estar -aunque luego los escuché en las pistas de mi relcuiente CD- desde Jeff Beck, hasta Chaka Khan; desde Los Lobos hasta Seal...
Enamorado como estoy estos días con la pareja Tedeschi-Trucks, no puedo sino invitar a quien por aquí se asome a alucinar con este SPACE CAPTAIN. Seguramente mil veces escuchado en la voz de Joe Cocker, o más recientemente por los Black Crowes... Y allí se fue Herbie, a la casa estudio que el matrimonio tiene en Jacksonville, Florida, seguramente que atraído por la potencia del blues, gospel y rock que irradia su inconfundible estilo evolucionado e influído por los Allman Brothers.
Pero. Santo cielo. Aquí está Susan. Miren qué graciosamente abre la boca torciéndola al estilo de Debra Morgan, la hermana de Dexter.
Cómo Trucks desliza su slide y nos dejamos llevar como si fuéramos en la tabla de Silver Surfer.
Y luego todo el grupo. Los dieciséis o dieciocho que son. Qué discazo REVELATOR. Impresionante.
Space Captain. La 4ª pista del disco de HH IMAGINE PROJECT
martes, 27 de septiembre de 2011
domingo, 25 de septiembre de 2011
PAGOETA
Celebración del evento tanto tiempo preparado, ansiado. Al fin, tras un año de inconvenientes y desafortunadas cancelaciones, todo se avenía. Correos, algunas comidas, llamadas telefónicas,envíos de rutas, y varias prospecciones de Miguel Angel sobre el terreno, que como anfitrión, hizo gustosamente a fin de controlar posibles disgustos por trochas, veredas, caminos y sendas.
Todo del gusto de los bikers salvo la climatología. Aunque nos gusta el barro y aguantamos la arreciada de la lluvia, sin embargo no era este el día. La subida hasta otear la bahía de Zarautz divisando el ratón de Getaria hacia el oeste, cuando se acomete por vez primera como era esta la nuestra, debería ser con cielo azul y despejado de nubes, que te permita regalarte los ojos cada vez que alzas la vista del suelo. Pero el 24 amaneció como amaneció y era nuestro día. Lo quisimos como si de un hijo neonato con cara de huevo y dientes de morsa nos llamara "aita" por vez primera. Era nuestro niño y lo íbamos a defender y a querer con cada ciclada y con cada caída.
Los charcos turbios de barro estaban puestos en los sitios idóneos y en la cantidad justa, aunque algún tramo altamente enlodado nos hizo alterar la marcha y trepar un par de lomas empujando la bici cuesta arriba. John Wayne a veces también llevaba al jamelgo de la correa para no quemarlo del todo.
El trayecto se iba aguantando gracias al sonsonete del baulillo de Juan Car, donde las llaves, las monedas y alguna herramienta nos hacían saber en todo momento dónde estaba y si te iba a adelantar o no. Aunque no hiciera falta porque siempre iba delante. Maurizio se daba ánimos en los repechos vociferando palabras malsonates de taberna napolitana. Su vida ordenada le hace en estos momentos límites traspasar las buenas formas y masticar blasfemias como lo hiciera Alighieri cuando se pasaba con la grappa.
Miguel Angel nos llevó a un nevero antañero escondido entre el musgo y la hayas de un rincón al que accedimos jugándonso la vida por unos peldaños aceitados.
Los rincones incomparables se sucedian sin cuento. Pasamos de repente por una zona de ciprés de Lawson que oscureció el día aún más si cabe. Bajamos por cuestas tan empinadas y enlodadas que el freno se agorrataba y nos complicaba girar en las curvas. Del piso emergían enormes pizarras como escamas de espina de Stegosauro, totalmente húmedas y resbaladizas, que nos hacían tener que decidir en un segundo por dónde enfilar la rueda.
Lástima no poder llevar la cámara al casco y el botón en el manillar. Lástima también haberla olvidado con la ropa sucia cuando luego, al mediodía, nos fuimos a comer donde Argiñano. Estupendo festín, nada caro para lo que nos esperábamos, y convenientemente agasajado con la presencia de Eneko -el hijo mayor de Karlos- y que, conocido de Maite, departió con nosotros en el tiempo de los cafés e infusiones.
Paseito hasta Getaria por la costa hasta ver el Museo Balenciaga por fuera, y vuelta en autobús hasta Zarautz. En la autopista la Ertzaina para a Maurzio y le hace soplar el tubito. Grazie a Dio que aunque grita como un carabinero en las duras subidas, bebe como un damisela en los limpios manteles.
Dejo parte del reportaje fotográfico.
Todo del gusto de los bikers salvo la climatología. Aunque nos gusta el barro y aguantamos la arreciada de la lluvia, sin embargo no era este el día. La subida hasta otear la bahía de Zarautz divisando el ratón de Getaria hacia el oeste, cuando se acomete por vez primera como era esta la nuestra, debería ser con cielo azul y despejado de nubes, que te permita regalarte los ojos cada vez que alzas la vista del suelo. Pero el 24 amaneció como amaneció y era nuestro día. Lo quisimos como si de un hijo neonato con cara de huevo y dientes de morsa nos llamara "aita" por vez primera. Era nuestro niño y lo íbamos a defender y a querer con cada ciclada y con cada caída.
Los charcos turbios de barro estaban puestos en los sitios idóneos y en la cantidad justa, aunque algún tramo altamente enlodado nos hizo alterar la marcha y trepar un par de lomas empujando la bici cuesta arriba. John Wayne a veces también llevaba al jamelgo de la correa para no quemarlo del todo.
El trayecto se iba aguantando gracias al sonsonete del baulillo de Juan Car, donde las llaves, las monedas y alguna herramienta nos hacían saber en todo momento dónde estaba y si te iba a adelantar o no. Aunque no hiciera falta porque siempre iba delante. Maurizio se daba ánimos en los repechos vociferando palabras malsonates de taberna napolitana. Su vida ordenada le hace en estos momentos límites traspasar las buenas formas y masticar blasfemias como lo hiciera Alighieri cuando se pasaba con la grappa.
Miguel Angel nos llevó a un nevero antañero escondido entre el musgo y la hayas de un rincón al que accedimos jugándonso la vida por unos peldaños aceitados.
Los rincones incomparables se sucedian sin cuento. Pasamos de repente por una zona de ciprés de Lawson que oscureció el día aún más si cabe. Bajamos por cuestas tan empinadas y enlodadas que el freno se agorrataba y nos complicaba girar en las curvas. Del piso emergían enormes pizarras como escamas de espina de Stegosauro, totalmente húmedas y resbaladizas, que nos hacían tener que decidir en un segundo por dónde enfilar la rueda.
Lástima no poder llevar la cámara al casco y el botón en el manillar. Lástima también haberla olvidado con la ropa sucia cuando luego, al mediodía, nos fuimos a comer donde Argiñano. Estupendo festín, nada caro para lo que nos esperábamos, y convenientemente agasajado con la presencia de Eneko -el hijo mayor de Karlos- y que, conocido de Maite, departió con nosotros en el tiempo de los cafés e infusiones.
Paseito hasta Getaria por la costa hasta ver el Museo Balenciaga por fuera, y vuelta en autobús hasta Zarautz. En la autopista la Ertzaina para a Maurzio y le hace soplar el tubito. Grazie a Dio que aunque grita como un carabinero en las duras subidas, bebe como un damisela en los limpios manteles.
Dejo parte del reportaje fotográfico.
Anfitrión y cicerone, Miguel Angel intenta infundir miedo ante el circuito que ha diseñado.
Limpios aún. Aún no hemos pinchado, Aún no hemos caído. Aún no se nos ha agotado el agua
Sorprendentemente el italiano lograr ordenar los músculos de la cara hasta formar un mueca que se acerca a la sonrisa. El cuerpo le pide fruncir el ceño, pero el de Pescara se crece ante los paparazzi.
En la base de la cruz de PAGOETA.El día cerrado y gris apenas nos dejó divisar el mar desde la cumbre.
El de Lasarte dejó claras sus facultades como jinete. El más fuerte con diferencia.
Pose de poder. Le dije que me sacara las piernas, y le expliqué lo que era una "pose de poder" estilo Ron Wood o Keith Richards on the stage. Nada. Pero es que esta gente no ha visto a Jack Black en School of Rock??? bueno, al menos se aprecia el barrillo de la Scott.
Bueno Miguel. Formidable anfitrión. Gracias por la acogida y por el estupendo txakolí de Getaria que guardas en tu frigo. Sólo te falta ser de Indautxu.
sábado, 17 de septiembre de 2011
MIS GUITARRAS
WARREN HAYNES
Ex-Allman Brothers, Ex-Grateful dead, Ex-Dickey Betts.... pero aquí lo dejo en un temazo en el que está acompañado por Derek Trucks.
Derek últimamente ha unido su banda a la de su mujer, Susan Tedeschi, y si ya eran grandes, ahora con la voz inigualable de su coima crean un ambiente arrasador.
El rubito Derek aquí está de mera comparsa, haciendo algún fraseo de vez en cuando, pero díos mío, cómo maneja el slide (con permiso de Ry Cooder). Su frialdad de movimientos siempre se compensa con su virtuosismo y su feeling.
Quizás lo que menos me guste de este video sea el hambre de Haynes, que no deja meter cuchara en el solo a Trucks. Un dialoguito, un chat, yo gano tú ganas, algo que diera salsilla a Soulshine, y eso que el de la coleta está al trapo
Pero dejo a Derek, y me centro en Haynes, posiblemente uno de los mejores guitarras on the world. Un hombre Gibson.
Lo mejor es oirlo.
Ex-Allman Brothers, Ex-Grateful dead, Ex-Dickey Betts.... pero aquí lo dejo en un temazo en el que está acompañado por Derek Trucks.
Derek últimamente ha unido su banda a la de su mujer, Susan Tedeschi, y si ya eran grandes, ahora con la voz inigualable de su coima crean un ambiente arrasador.
El rubito Derek aquí está de mera comparsa, haciendo algún fraseo de vez en cuando, pero díos mío, cómo maneja el slide (con permiso de Ry Cooder). Su frialdad de movimientos siempre se compensa con su virtuosismo y su feeling.
Quizás lo que menos me guste de este video sea el hambre de Haynes, que no deja meter cuchara en el solo a Trucks. Un dialoguito, un chat, yo gano tú ganas, algo que diera salsilla a Soulshine, y eso que el de la coleta está al trapo
Pero dejo a Derek, y me centro en Haynes, posiblemente uno de los mejores guitarras on the world. Un hombre Gibson.
Lo mejor es oirlo.
jueves, 15 de septiembre de 2011
JOE HENDERSON
A veces me levanto con el ímpetu y trapío de abordar cualquier Caja de Ahorros y obtener un crédito con el que financiar un club de Jazz. Tendría que obtener una bula del gobierno que permitiera recrear un ambiente neblinoso en el que el free jazz se abriera paso entre las proteicas volutas del humo del tabaco rubio.
Joe Henderson alternaría con Gerry Mullligan. Darían paso a Sonny Rollin, a Coltrane y a Parker. Yo atisbaría desde un rincón apenumbrado, y con pose de Bogart-café-de Rick, el devenir de los compases.
Las chicas arrastrarían cándidamente su non savoir faire, y serían sirenas peligrosas donde perderse y jugarse el tipo de cintura para abajo. Y se repetirían en los espejos los trajes impecables que las bandas clásicas vestirían todos los jueves por la noche.
Alguna estantería vertería como en eco distintas ediciones de El Perseguidor de Cortazar. Y un enorme cuadro llenaría el espacio del muro mayor con la efigie de Hancock, premio Nobel por el descubrimiento de la isla Cantaloupe.
Esta pieza del primer disco de Henderson, del año 63, sería la primera pieza con que inauguraría el local
Necesito nombres para mi antrito. DESAFINADO??? El PERSEGUIDOR¿? BOP???
Joe Henderson alternaría con Gerry Mullligan. Darían paso a Sonny Rollin, a Coltrane y a Parker. Yo atisbaría desde un rincón apenumbrado, y con pose de Bogart-café-de Rick, el devenir de los compases.
Las chicas arrastrarían cándidamente su non savoir faire, y serían sirenas peligrosas donde perderse y jugarse el tipo de cintura para abajo. Y se repetirían en los espejos los trajes impecables que las bandas clásicas vestirían todos los jueves por la noche.
Alguna estantería vertería como en eco distintas ediciones de El Perseguidor de Cortazar. Y un enorme cuadro llenaría el espacio del muro mayor con la efigie de Hancock, premio Nobel por el descubrimiento de la isla Cantaloupe.
Esta pieza del primer disco de Henderson, del año 63, sería la primera pieza con que inauguraría el local
Necesito nombres para mi antrito. DESAFINADO??? El PERSEGUIDOR¿? BOP???
jueves, 8 de septiembre de 2011
AGENDA OCULTA
Tengo en la agenda emborronadas ya las páginas primeras de septiembre. Un poco más atras, tan sólo a la distancia del leve gesto de volver tres hojas, me sumo en el bendito erial de blancor de agosto: trece folios gritando al unísono el dolor de empezar a ser olvidados.
La mordida del tiempo, que imperceptiblemente comienza a verter un sepia suave sobre el níveo rayado de unos días expósitos.
Y qué se hicieron de aquellos maravillosos días?
Al no llevar cómputo y registro de cada acción las lindes se diluyen, se confunden, y los recuerdos se mezclan y triscan asilvestrados por las hojas sin respeto al orden ni al concierto.
Amalgama y mezcolanza del placer atemporal, ceñido sin embargo a la celda del mes más dulce.
La mordida del tiempo, que imperceptiblemente comienza a verter un sepia suave sobre el níveo rayado de unos días expósitos.
Y qué se hicieron de aquellos maravillosos días?
Al no llevar cómputo y registro de cada acción las lindes se diluyen, se confunden, y los recuerdos se mezclan y triscan asilvestrados por las hojas sin respeto al orden ni al concierto.
Amalgama y mezcolanza del placer atemporal, ceñido sin embargo a la celda del mes más dulce.
lunes, 5 de septiembre de 2011
SELENE
Aquí está. Casi sin quererlo, por casualidad. Tantas veces atisbada con dolor de cervicales. Siempre mágica y distante. Distante por el astigmatismo que me acosa y la miopía que me limita. Siempre cercana en el papel couché de las guías celestes, de los atlas del sistema solar. Pero este verano. Este agosto claro y limpio de nubes se me ha mostrado lúbrica y pura como si un Lorca cuarentón yo fuera.
Me vienen a la mente sin embargo más los versos de León Felipe. Más que los ditirambos lorquianos siempre he sido más partidario de los versículos de este farmacéutico barbudo.
Ahora camino de noche
porque las noches son claras...
Y esta noche no hubo luna,
no hubo luna amiga y blanca...
y había pocas estrellas,
pocas estrellas y pálidas.
Pero sin duda la joya de la corona fue Júpiter. Las fotos son modestas, ya que lejos de ser computerizadas, me limitaba a colocar el foco de mi Olympus en el ocular del telescopio y a tirar. Ni tan mal, oigan. Que me sorprendí sobre manera con el resultado final cuando lo que esperaba no era sino borrón y tinieblas pixeladas.
Sé que hay que poner mucho de la imaginación de uno, pero I swear que es Júpiter esa lucecilla y que yo creí ver sus atormentados ecuadores, así como los cuatro satélites principales alineados y ordenados: Ganímedes, Europa, Calisto e Io.
Aunque una de las imágenes más sorprendentes fue sin duda la del niño de la luna triscando a la puesta del sol. Cada atardecer oía sus trapisondas y alaridos media hora antes del ocaso. Como un niño lobezno que presiente su transformación a lobo feroz, se mostraba iracundo y nervioso a veces, amable y amador otras. Su contorno se recortaba siempre pizpireto contra las nubes huidizas, y yo corría raudo a la terraza a preparar las lentes y oculares y a no perderme el espectáculo de la noche serena que siempre me anunciaba.
Me vienen a la mente sin embargo más los versos de León Felipe. Más que los ditirambos lorquianos siempre he sido más partidario de los versículos de este farmacéutico barbudo.
Ahora camino de noche
porque las noches son claras...
Y esta noche no hubo luna,
no hubo luna amiga y blanca...
y había pocas estrellas,
pocas estrellas y pálidas.
He luchado con la contaminación lumínica,
y con el frío que atraviesa y apuñala. Me he peleado contra el dolor punzante que genera la contorsión extrema. He buscado sorprender a Mizar y a Alcor cuando creen que no las miran.
Desde luego que me hubiera gustado decir igual que Hauer:
I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I've watched C-beams glitter in the dark near the Tannhauser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in rain. Time to die.
Pero no. Me he tenido que conformar con entrar en el cúmulo de las Pleyades y ver a Alcione en todo su esplendor, y algunas cosillas más que me han hecho sentir vasto y extenso en años luz, algo más mortal de lo que sin duda somos, ya que he paladeado cada segundo sabiendo que era único, que veía en vivo y en directo las sombras de esos cráteres en ese maldito y preciso instante que no volvería nunca.Pero sin duda la joya de la corona fue Júpiter. Las fotos son modestas, ya que lejos de ser computerizadas, me limitaba a colocar el foco de mi Olympus en el ocular del telescopio y a tirar. Ni tan mal, oigan. Que me sorprendí sobre manera con el resultado final cuando lo que esperaba no era sino borrón y tinieblas pixeladas.
Sé que hay que poner mucho de la imaginación de uno, pero I swear que es Júpiter esa lucecilla y que yo creí ver sus atormentados ecuadores, así como los cuatro satélites principales alineados y ordenados: Ganímedes, Europa, Calisto e Io.
Aunque una de las imágenes más sorprendentes fue sin duda la del niño de la luna triscando a la puesta del sol. Cada atardecer oía sus trapisondas y alaridos media hora antes del ocaso. Como un niño lobezno que presiente su transformación a lobo feroz, se mostraba iracundo y nervioso a veces, amable y amador otras. Su contorno se recortaba siempre pizpireto contra las nubes huidizas, y yo corría raudo a la terraza a preparar las lentes y oculares y a no perderme el espectáculo de la noche serena que siempre me anunciaba.
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